Empezando el tejido, empezando la siembra

Después de mucho tiempo y de sentar cabeza retomo este proyecto que trae nuevos cambios, nuevos enfoques, nuevo diseño y nuevas razones fundamentales para compartir experiencias que nos hagan crecer como mujeres.

 Ahora junto con mi colega y amiga del alma Leidy Rodríguez queremos compartir a través de este blog nuestras próximas vivencias de los círculos de mujeres que reuniremos bajo el nombre de Hijas de Killa (killa, significa luna en quechua).

Este proyecto nace del interés por empoderar a  mujeres en un nivel tanto personal, como social y psicoespiritual sobre el " Ser Mujer"; para ello, usamos la herramienta de los "Círculos de la Palabra", círculos femeninos, círculos de sanación, o círculos de mujeres.  Por el momento, decidimos comenzar este proyecto con mujeres de la región donde habitamos (en este caso,  Zipaquirá, Cundinamarca).

En Colombia, el movimiento de los círculos de mujeres ha crecido o por lo menos se ha visibilizado un poco más al día de hoy. En Bogotá y alrededores por ejemplo, hay un importante semillero de Círculos de Mujeres, como también de Círculos de la Palabra.

Poco a poco y a medida que  nos vamos sumergiendo en el misterio de los círculos y sobre todo los relacionados con mujeres, iremos compartiendo con ustedes nuestras experiencias y aprendizajes, con el fin de llevar a cabo la hipótesis que retomó Jean Shinoda Bolén, sobre el céntesimo mono: "Cuando un número crítico de personas cambia su modo de pensar y de comportarse, la cultura lo hace también y una nueva era comienza." Así que si un nuevo número de mujeres, nos reunimos o por lo menos nos sumamos a los encuentros ya existentes, podremos cambiar aspectos que nos hacen daño, tomar fuerza para cambiar cosas que no nos gustan en nuestras vidas, tomar la iniciativa  para hacer lo que queremos... estaremos por fin, cambiando los paradigmas impuestos por la sociedad patriarcal.

Así pues, nos unimos con este nuevo proyecto a los círculos de mujeres ya existentes en el mundo. Seguimos tejiendo palabra, seguimos sembrando poder femenino,  expandiendo la conciencia por el planeta y sanando patrones que nos han hecho mucho daño y que se reflejan en nuestros cuerpos y la forma en que actuamos.